Sandwich de mortadela, queso y chutney de manzana ácida

De sobra es conocido el affair gustativo entre la carne de cerdo y las frutas. A menudo, un lomo de cerdo viene servido con unas ciruelas o una pierna asada acompañada de piña. Yo, aún no siendo una ‘meat-lover’, y menos aún de embutidos, reconozco mi debilidad por la mortadela. La grande, la de Bologna (perdonad una vez más mis manías e incongruencias: no me acostumbro a ver la palabra escrita ‘Bolonia’). A esa mortadela soy capaz de perdonarle todos los pecados. E intento en la medida de lo posible ‘apartar de mí ese cáliz’. Ma non posso. A veces caigo en la tentación. Esas lonchas tan enormes como finísimas, untuosas, su olor penetrante y ese sabor entre dulce, salado, un poquitín picante… uf, mientras escribo esto se me representa, cual aparición mariana.

Leer antes de comer: el origen de la Mortadela de Bologna

Paseando un poquito por interné, descubro en elportaldelchacinado.com (sí, amigas: existe) que se sabe del maravilloso embutido desde el siglo XVI, y que su elaboración se ha transmitido de padres a hijos, primero en Bologna, luego en lugares limítrofes, en el norte y centro de Italia. Para elaborarla, la IGP (Indicación Geográfica Protegida: es decir, que su calidad y reputación se deben a su origen geográfico) asegura que es exclusivamente carne de cerdo, y que es un embutido cocido, de un color rosa cilíndrico u ovalado y aroma intenso, ligeramente picante. Sólo se utilizan los cortes nobles (carne y grasa de cerdo de alta calidad), picados hasta obtener una pasta fina.

¿Os cuento esto para informaros o para sentirme menos culpable, dando a la mortadela un origen noble y un pedigrí? Both.

La receta del sandwich

En fin, al grano: que en este sandwich es importante una mortadela de la buena, la mejor. Unos pepinillos de esos grandotes en láminas y en vinagre, que le dan un contrapunto crujiente y ácido. Opcional, un queso Havarti, de sabor suave para que no compita demasiado con la mortadela. Y si te atreves, como yo, unas rodajillas de chile rojo son lo más. Y por último (last but not least), antes del grill, el CHUTNEY DE MANZANA ÁCIDA BRUTAL TERRIFIC JAMS. Porque empecé hablando del affair cerdo-fruta, ¿verdad? (sí, luego me despisté con visiones marianas, absténganse de interpretaciones freudianas). Pues no podía dejar a mi mortadela solita. Y este chutney de manzana, dulce, especiado, picante… es el mejor match de Tinder que habrás visto en meses. Promise.

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